Con estas palabras:»Disolver, disolver temporalmente el Congreso de la República», el domingo 5 de abril de 1992, hace 21 años, el expresidente Alberto Fujimori cambió el curso de la historia en el país. A este hecho muchos lo recuerdan como el «autogolpe».
De manera sincronizada, con la difusión de un mensaje a la Nación desde Palacio de Gobierno,tropas del Ejército, de la Marina y de la Fuerza Aérea se apostaron en las principales entidades públicas intervenidas (Congreso de la República, el Poder Judicial, el Ministerio Público, entre otras instituciones).
Asimismo, se pasó a censurar los medios de comunicación, perseguir autoridades y periodistas que significaban una amenaza para el nuevo régimen.
También durante la noche en la que Fujimori declara el «autogolpe de Estado», la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) y otros sindicatos son víctimas de calculadas intervenciones militares.
Estos lamentables hechos solo pudieron ser registrados por medios internacionales, debido a que los canales de televisión y radios nacionales ya se encontraban tomados con el respaldo de las Fuerzas Armadas.
Para los críticos de aquella medida, tal cambio representó la construcción de un andamiaje de corrupción y el debilitamiento institucional en el país; para los defensores, fue una decisión necesaria para sentar las bases del desarrollo económico