Un bebé sirio nació de urgencia en un hospital de Alepo luego de que su madre identificada como Amira, sufriera gravísimas heridas tras un ataque aéreo en esa misma ciudad.
La recién nacida presentaba restos del ataque que había sufrido su madre con una metralleta. Al sacarla del vientre de su preogenitora, los médicos vieron que la recién nacida presentaba una herida en la cabeza: tenía una metralla (resto de munición) que debió ser sustraida quirúrgicamente.
Los médicos sugirieron que bautizaran a la bebé con el nombre de «Amel», que en árabe significa «Esperanza», así lo reveló el doctor Mohammed Tabbaa.
«No sabemos si la niña salvó a la madre de la metralla o fue la madre la que salvó a su hija», dijo otro de los doctores que participó en la operación, «pero si sabemos que el diabólico régimen sirio intentó matarlas a las dos».
Los médicos del Consejo Médico de la Ciudad de Alepo se sorprendieron ante este hecho y decidieron realizar una grabación que ilustra lo que padece la población siria que se desangra en una guerra civil interminable.