Reforma de las AFP: todo lo que debes sobre el debate en torno a este tema

0
287
Huaral Pe

LUIS DAVELOUIS / Día_1

La Comisión de Economía del Congreso de la República está discutiendo el proyecto de reforma del sistema privado de pensiones (SPP) y, seguramente, construyendo un dictamen a partir de las 17 propuestas del Poder Legislativo, además de la que el Ejecutivo presentara hace poco más de tres semanas en la mesa de partes.

En síntesis –y de la boca para afuera– todos están de acuerdo con respecto a lo que se tiene que hacer: el sistema necesita una reforma; hay que ampliar la base de aportantes obligando a los independientes a cotizar, bien sea en la Oficina de Normalización Previsional (ONP) o en una AFP; hay que incrementar las alternativas de inversión del sistema privado para que la rentabilidad sea un elemento de competencia importante entre las administradoras, y hay que rebajar costos para bajar las comisiones. Sí, con todo esto están de acuerdo las AFP, el Congreso, la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) y el MEF.

Se busca reducir las comisiones al tiempo que se impulsa la competencia. Para ello es necesario reducir costos. Con ese fin, el Ejecutivo propuso tercerizar todas las operaciones y procesos que no tengan que ver directamente con la administración de los fondos de los afiliados.

Es decir que, desde las ventas y la afiliación, hasta las liquidaciones, recaudación y cobranza pueden ser realizadas por otras entidades. Ello, sostienen en el MEF, permitirá establecer economías de escala con costos que se distribuyen entre una masa mucho más grande de clientes (las cuatro AFP, en el mejor de los casos) y, segundo y tal vez más importante –como nos explicaron el viernes en la SBS–, permita a las AFP concentrarse en sus inversiones y competir en ese frente.

El problema son los medios para lograr esos objetivos. Todos los especialistas en materia de pensiones, desde el ex viceministro Eduardo Morón hasta el economista Javier Olivera, pasando por la ex superintendenta de AFP, Lorena Masías, coinciden en que son dos los factores de efecto más dramático en las futuras pensiones: en primer lugar la densidad de los aportes (la frecuencia o periodicidad con la que se realizan) y, en un pegadísimo segundo lugar: la rentabilidad.

SUBASTA DE AFILIADOS
La mayor manzana de la discordia –que ha de devenir en punto muerto en las negociaciones/debates en el seno de la Comisión de Economía– es la introducción de competencia a través de la subasta de afiliados: la AFP que presente la menor comisión se queda con todos los afiliados que vayan al sistema privado por 24 meses (sí, existen mecanismos para salirse si es que las cosas no andan bien). Las AFP aseguran que no es positivo, que eso no ha funcionado del todo bien en Chile e incluso llegaron a sugerir, a través del presidente de su agremiación, que podría ser inconstitucional.

El ministro Castilla lo negó y dijo que se consultó con varios constitucionalistas, quienes llegaron a la conclusión de que, como el sistema es obligatorio, se preserva la elección del afiliado entre el sistema público y el privado.

“El aporte a un sistema de pensiones es, en casi cualquier parte del mundo, compulsivo, y eso por sí mismo cambia la naturaleza del negocio de las AFP, no están vendiendo jugos en una esquina, es un mercado cautivo”, nos dijo en una entrevista la antecesora de [Luis] Valdivieso, Beatriz Merino, entonces en funciones.

Como nos dijeron en la SBS, “la idea es bajar los costos para que bajen las comisiones, pero ¿quién nos asegura que las AFP trasladarán esos ahorros efectivamente a sus clientes? La única manera es incorporando competencia”.

Pero Valdivieso insiste: “¿Por qué me van a obligar a ir a la más barata? Nadie compra siempre lo que es más barato, porque hay otros criterios de elección”.

De acuerdo con una encuesta de Ipsos Apoyo del 2011, el servicio de las AFP está en el lugar nueve (penúltimo) de 10 atributos que las personas buscan en una AFP, muy lejos de cosas como solidez o prestigio. Sorprendentemente, la rentabilidad aparece en segundo lugar y las comisiones a media tabla.

CUESTIÓN DE COSTOS
Insistiendo en el tema de las comisiones, Castilla sostuvo que “hace mucho” que las AFP no bajan sus comisiones y ya va siendo hora. Las AFP, como recuerda Lorena Masías, “se quejaban siempre de lo caro que era mantener una fuerza de ventas permanente para evitar que se le vayan los afiliados a la competencia”.

En efecto, la fuerza de ventas de las AFP representan entre el 37% y el 40% de sus costos fijos, como también resaltó el presidente del BCR, Julio Velarde, el martes pasado. Ello tuvo sentido cuando en el 2006 se desató una guerra comercial con la entrada de un competidor nuevo (Prima AFP) pero ya no es el caso.

“Hasta que nos dimos cuenta de que la ONP se estaba llevando la mitad de todos los afiliados que ingresaban al sistema de pensiones y entonces decidimos reorientar nuestros esfuerzos a ese sector”, nos contó el gerente general de Prima AFP, Rubén Loayza, el año pasado.

Sin embargo, Valdivieso dijo que la fuerza de ventas es necesaria e imprescindible para dar un mejor servicio a los afiliados: “No se trata de vender afiliaciones en la caja de un supermercado, sino de dar una atención y una asesoría permanentes, es mucho más que solo vender, debe convertirse en un servicio de contacto permanente con el afiliado, guiándolo y dirigiéndolo, asesorándolo para que tome las decisiones que más le convengan”.

Cierto. Eso es necesario, pero resulta que en 18 años que tiene el sistema (cumple 19 el 21 de junio) eso no ha sucedido. De hecho, hasta hoy, el único contacto que tiene la gran mayoría de afiliados con su AFP es a través del correo electrónico, una vez al mes, o el correo, si es que no tiene una dirección electrónica.

“El problema de la fama del sistema es que las personas solo ven a su AFP dos veces en toda su vida: el día que se afilian, y el día que se jubilan”, nos decía el ex jefe de la SBS, Felipe Tam.

En la SBS de hoy confirman que el servicio de las AFP es indiferenciado y no afecta la decisión del afiliado de permanecer o salirse de su AFP. De hecho, la SBS sabe hace tiempo que la mayoría de personas afiliadas al sistema no se trasladan ni siquiera por la rentabilidad o la comisión.

Las fuerzas de ventas de las AFP, como las de cualquier otra industria, trabajan por comisiones. El incentivo entonces, no está más –como al principio– en afiliar a la mayor cantidad de personas posible, sino en afiliar a la mayor cantidad de personas de ingresos altos. Por lo tanto, es posible que la mitad de afiliaciones que la ONP se lleva al año, tenga también un poco que ver con ello.

“La idea detrás del proyecto es darles a las AFP las herramientas para que descentralicen lo que tengan a bien centralizar, o descentralizar con un criterio de optimización de costos, nada más. Es decisión de ellas ejercer o no esa facultad y cómo; al final, será un elemento más de costos que afectará la competitividad”, nos contaron fuentes de la SBS.

MÁS ALTERNATIVAS
Ante la prensa y la Comisión de Economía del Congreso, el presidente de la AAFP, afirmó que: “la competencia debe estar basada en la diferenciación de la rentabilidad, pero hay tan pocos instrumentos de inversión y tenemos tantos límites operativos, más de 100, que es imposible que las rentabilidades no sean similares y, por lo tanto, podamos competir en ese campo. Por eso la competencia se traslada a las ventas y a la comisión”.

Lo que Valdivieso dice es cierto. No hay muchos instrumentos en los que las AFP puedan invertir y las autorizaciones para hacer “AFPpeables” otros vehículos suelen tomar mucho tiempo y se pierden las oportunidades; y, cuando se aprueban, es para todos, así que, en el fondo, todos compran lo mismo y tienen rentabilidades muy parecidas porque es lo que hay.

Pero también está el tema de la rentabilidad mínima: al convertirse en un “piso” o “referencia”, si las AFP deben estar por encima de él o poner de su dinero para compensar la pérdida, el incentivo hace que se peguen a la referencia; esto es, todas se siguen unas a otras para estar siempre en el promedio y no “perder”.

En la SBS explican que sí se está ampliando el número de instrumentos a los que puede acceder un a AFP para invertir, empezando por derivados financieros de cobertura de riesgo y de inversión. “Además, van a poder invertir mucho más en fondos de inversión privada para commodities e infraestructura e inmobiliarios, por ejemplo”, nos dijo nuestra fuente de la SBS.

Con respecto a los mencionados más de 100 límites operativos para la inversión, la SBS explicó que se trata de un tercio por cada fondo (menos de 35 cada uno) y que en Chile son 70 por tipo de fondo (son cinco fondos para un total de 350 límites) y en Colombia son más de 50 por fondo. “Ese no es un impedimento, de eso no se trata, sino de diversificar mejor las inversiones, con los nuevos límites dentro de la cartera, ahora pueden ir a invertir fuera; pero eso no depende de nosotros”, nos dicen en la SBS. En efecto, depende del BCR.

Lo cierto es que en la Comisión de Economía hay propuestas hasta para permitir que se ahorre en AFP, bancos y compañías de seguros en el extranjero. “Nosotros no tenemos jurisdicción en el extranjero y no podemos ir a perseguirlos si algo pasa, no podemos ser responsables de ello, hay muchas propuestas que son técnicamente imposibles de implementar”, sostienen en la SBS.

EL ELEFANTE EN LA SALA
¿Por qué las personas no se cambian de AFP si una puede ser hasta 20% más cara que otra entregando, como vimos, los mismos servicios y casi la misma rentabilidad? Para la SBS, eso tiene que ver con educación previsional, la cual debe impartirse como parte de una política pública y no privada. Reconocen su responsabilidad en ello.

Eso deja fuera un gran tema: la reforma de la ONP. ¿Por qué querría ir alguien a la ONP si debe aportar obligatoriamente por 20 años para recibir una pensión de, como máximo, S/.857? “Porque en la ONP existe la garantía de obtener una pensión mínima de al menos S/.487 si se aportó eso 20 años”, nos contesta el asesor de la alta dirección de la ONP, Jesús Muñoz Castro.

El congresista Juan Carlos Eguren y el presidente de la AAFP afirman que la ONP es competencia desleal. El primero agrega que se trata de una estafa para todas aquellas personas que están aportando, pero que no llegarán al mínimo de 20 años, y por tanto no recibirán ni un sol.

“Nosotros somos una alternativa para personas de ingresos bajos que nunca alcanzarán una pensión digna en el sistema privado y sí, es necesario aportar al menos 20 años para tener derecho a una pensión”, replican en la ONP. En realidad, si se considera que la vida laboral de una persona es de 45 años, aportar menos de la mitad de ese tiempo, no parece tan difícil. De hecho, la mayoría de los problemas de pago no tiene que ver con los aportes, sino con que no existen los documentos probatorios de la realización de esos aportes. En ese sentido, en un sistema de cuentas individuales, no hay pierde.

Y la SBS agrega: “si vas a aportar por 20 años al menos, te conviene ir a la ONP porque tendrás una pensión mínima garantizada que no existe en el sistema privado, eso es verdad”.

Pero, ¿existe la competencia desleal? “De alguna manera sí –afirman– porque es mucho más fácil aportar a la ONP porque se hace en el mismo Programa de Declaración Telemática (PDT) de la Sunat, junto con los impuestos y Essalud. Además, existe la falsa creencia, por falta de transparencia, en realidad, de que la ONP es más barata para el empleador (igual es 13%) y sobre eso, que la ONP no los va a enjuiciar si retienen los cotizaciones del trabajador, pero no realizan el aporte”.

También se dice que la ONP le cuesta a todos los peruanos: es cierto, las pensiones en el sistema nacional están subsidiadas, “pero cada vez menos”.

El principal problema con la ONP, sin embargo, es que hay que reformarla; pero eso toma fondos del Tesoro Público que el MEF no quiere comprometer. Por ello no se ha tocado en absoluto. En la SBS reconocen que la ONP no se puede cerrar, pero los especialistas observan que debería convertirse en el pilar solidario de un solo sistema. Es decir, lo que debe desaparecer es la figura de un sistema paralelo nacional al privado, sin perjuicio de lo que le toca hacer a este último para mejorar las cosas dentro de su propio espacio.

COMISIÓN POR SALDO
¿Es la comisión por saldo la mejor alternativa? Lo es tanto como lo son la comisión por flujos o una comisión mixta. El tema aquí, sin embargo, es competitividad y doble pago: la comisión por saldo constituye una barrera de entrada al mercado inexpugnable para los competidores; y quienes pagamos comisiones por flujo (o adelantada) abonaríamos, en la práctica, una comisión doble.

¿Cuál es la salida? Si se hace el corte de un día para otro, no nos pueden cobrar por el saldo acumulado hasta hoy, pero tampoco por la rentabilidad que genere ese saldo. ¿Entonces?

“Vamos a tener que implementar una cuenta doble: una, en la que se gestione lo aportado hasta ahora y la rentabilidad que genere; y otra, en la que se pagará sobre el saldo que se vaya acumulando”, nos dicen en la SBS.

La discusión se termina esta semana y, si no se dictamina en la Comisión de Economía y va a la Comisión Permanente del Congreso, en la próxima legislatura todo volvería a fojas cero. Y hay quien apuesta a eso.

Huaral Pe