Protestas en Lima y provincias son verdaderas batallas campales

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Huaral Pe

Las protestas se desbordan en el interior del país y cobran su primera víctima. Yenko Sifuentes Pinillos (22) murió de un balazo en el tórax tras un enfrentamiento entre la población de Barranca y la policía en el kilómetro 196 de la Panamericana Norte.

La gente que reclama, al gobierno, el terreno Los Anitos para la construcción de la Universidad de Barranca tomó dicha vía, lo que provocó la reacción de la policía que tuvo que arrojar bombas lacrimógenas para dispersar a la turba.

En tanto, los trabajadores estatales del país se plegaron a las calles para protestar contra la ya promulgada Ley del ServicioCivil. Tres heridos fue el saldo del violento enfrentamiento entre los estatales y la policía en Chiclayo.

Los revoltosos nuevamente atacaron con huevos la oficina del congresista Martín Rivas, luego tomaron el kilómetro 795 de la Panamericana Norte. Similar panorama violento se vivió en Chimbote.

En Iquitos, soldados del Ejército salieron a resguardar las calles, mientras en Pucallpa los revoltosos atacaron con piedras un local policial.

En Ayacucho, los universitarios tomaron la avenida Independencia con carpetas, troncos y sillas, obstaculizando el paso de vehículos. Se sumaron los estatales.

En Huancayo, Huancavelica y Huánuco las instituciones públicas suspendieron sus labores para protestar en las calles. En el sur, el panorama no era diferente. En Ica, los estatales tomaron la Panamericana Sur. Arequipa, Puno y Cusco también se hicieron sentir. En está última ciudad los turistas fueron los más afectados.

Bombas lacrimógenas, balas de goma, varazos a diestra y siniestra, un caballo y al menos tres policías heridos, varios detenidos, cañas arrojadas como lanzas, piedras, chorros de agua, desmayos, desesperación y caos reinaron ayer en la avenida Abancay y calles cercanas al Congreso de la República.

Es que el centro de Lima fue escenario de una verdadera batalla entre miles de trabajadores agremiados a la CGTP y estudiantes universitarios con los agentes del orden. Los ‘Pinochitos’ y los corceles de la Policía Montada entraron en acción para repeler las protestas.

Los comercios cerraron sus puertas durante varias horas y el tránsito vehicular fue un pandemonio. Hasta la vía del Metropolitano fue bloqueda.Todo comenzó cerca del mediodía, con la llegada de cientos de jóvenes universitarios que rechazan el proyecto de la nueva Ley Universitaria, que aún está en debate.

‘Ollanta nos decía que todo cambiaría… mentira, mentira, la misma porquería’, coreaban a viva voz muchos de ellos llegados desde provincias.Cuando la policía intentó replegarlos para despejar la vía, un grupo de estudiantes emprendió veloz carrera por el jirón Ayacucho con la intención de llegar al Congreso.

A la policía no le quedó otra que lanzar bombas lacrimógenas y balas de goma. Lejos de retirarse, los alumnos se reagruparon y regresaron ‘armados’ y encapuchados, esta vez con largas cañas, piedras y botellas, para enfrentarse a los agentes.

‘Estos muchachos me recuerdan el ‘Baguazo», comentó un transeúnte al verlos lanzar las cañas contra la policía. Una de ellas le cayó en la mano izquierda al suboficial Rodolfo La Rosa. Su colega Kammeron Núñez Vega recibió el impacto de una caña en la boca y casi pierde un diente.

Cuando la calma parecía regresar, llegaron los manifestantes de la CGTP, que se oponen a la ya promulgada Ley del Servicio Civil, a quienes se habían unido algunos partidos de izquierda y también los universitarios.

El dirigente Mario Huamán advirtió que el propósito es llegar a Palacio de Gobierno ‘como lo hacen los empresarios’

.Cuando se  le recordó que la policía no se los permitirá, de manera directa responsabilizó al gobierno de lo que pueda pasar.

Luego vino lo peor. La masiva marcha, con palos en mano, comenzó en la plaza Dos de Mayo y en pocos minutos copó ambas vías de la avenida Abancay, donde se desató la ‘guerra’. Con palos y piedras se enfrentaron a los agentes policiales que respondieron con bombas lacrimógenas y varazos.

Los vehículos ‘Pinochito’ lanzaron chorros de agua. La Policía Montada arremetía y los manifestantes corrieron por los jirones Cusco, Miró Quesada, Huallaga, entre otros. La batalla en varias calles se prolongó hasta las cinco de la tarde.

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Huaral Pe