Producir más, mejor con menos: el gran reto

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La agricultura del siglo XXI se enfrenta al reto de tener que alimentar a una población mundial creciente y con unas demandas de calidad muy exigentes. La calidad engloba muchos parámetros (algunos que hasta ahora no se habían tenido en cuenta). Los productos agrarios tienen que ser visualmente atractivos, con unas propiedades organolépticas definidas, ser producidos con imputs respetuosos con el entorno y con la salud animal y humana y producidos de forma sostenible. Un reto complejo que obliga a redefinir los paradigmas de producción agraria existentes. Todo esto se complica si tenemos en cuenta que para producir más no podemos contar con más recursos, ya que algunos de ellos como la tierra cultivable y el agua no pueden incrementarse sino más bien disminuyen. Ello provoca que el aumento de la cantidad de alimentos a producir tiene que venir principalmente del incremento de la eficiencia en el uso de los recursos.

A parte de este reto global, desde el punto de vista individual cada agricultor se enfrenta a un mercado donde los costes se incrementan y los precios se mantienen o se incrementan menos que los costes o incluso disminuyen con respecto a aquellos. Ello provoca que la viabilidad de la actividad agraria venga de la mano de una disminución de los costes y/o un aumento de los ingresos.

La agricultura del siglo XXI se enfrenta al reto de tener que alimentar a una población mundial creciente y con unas demandas de calidad muy exigentes

En este entorno complicado, el agricultor o el técnico que le asesora tendrá que dotarse de herramientas que haga que su actividad económica sea rentable y sostenible. En este artículo hablaremos de una de estas herramientas: los sensores de potencial hídrico Root Sense de Nanadan Jain Ibérica.

A diferencia de otros sensores que miden el contenido volumétrico del agua en el suelo, nuestro sistema Root Sense mide el Potencial hídrico que es la energía potencial que posee una determinada masa de agua, que depende de:  la concentración de solutos en el agua, de la presión, de la altura y de los efectos de la capilaridad. El potencial hídrico es proporcional al trabajo necesario para mover un mol de agua pura a temperatura y presión ambiental a otro punto. Ha sido definido como el potencial químico del agua dividido entre el volumen de un mol de agua, que es 18. 10-6 m3/mol-1. Sería el esfuerzo que tienen que realizar la raíces para “quitarle” agua al suelo.

Es una medida absoluta, podemos comparar diferentes suelos y afirmar sin equivocarnos que cuanto más negativo es el potencial más difícil será para la planta extraerle agua al suelo. Ello se debe a que tiene en cuenta la textura de suelo y la salinidad del mismo (por lo que con esta medición no es necesario tener sensor de CE). No sabemos la salinidad del suelo pero si el efecto que provoca esta salinidad. Esto no ocurre con los sensores volumétricos, que nos pueden inducir a error. En el cuadro de abajo vemos valores de Capacidad de Campo, Punto de marchitez permanente y Agua disponible de diferentes tipos de suelos. Por ejemplo, vemos que, si tenemos un 18 % de humedad en el suelo, en un suelo franco estaríamos cerca de Capacidad de campo (suelo en un buen estado hídrico) mientras que en un suelo arcilloso estaríamos por debajo de Punto de marchitez permanente (suelo en un estado hídrico estresante para la planta).

A parte de esto, la salinidad no es tenida en cuenta por los sensores volumétricos. Podemos tener un suelo con un valor cercano a Capacidad de campo y que el suelo esté muy salinizado y la planta no pueda tomar agua del suelo. El potencial hídrico es el valor más fiable ya que tiene en cuenta todo lo que influye en el suelo para la toma de agua por parte de la planta (cantidad de agua, textura y salinidad). Un sensor volumétrico no tiene en cuanta ni la salinidad ni la textura del suelo. Los sensores de potencial hídrico no miden la salinidad, pero si el efecto que esta provoca (bajar el potencial hídrico) o lo que es lo mismo aumenta la dificultad de las raíces de sacarle agua al suelo.

Los sensores de potencial hídrico o tensiómetros se han visto relegados con respecto a los sensores volumétricos debido a que los tensiómetros tradicionales llevan un depósito con agua, lo que implica un mantenimiento periódico y pérdida de precisión en la medición. Nuestro sistema Root Sense, no lleva agua no requiere mantenimiento ni calibración.

Root Sense es un sistema para monitorizar de forma continua diferentes variables del suelo y clima. Se compone de:

  • Registrador de datos: en él se conectan los sensores, almacenando los datos y enviándolos a la nube de forma periódica. Es un sistema preparado para estar en el campo con una IP 67 (Nivel de protección máxima contra el polvo (6), no debe entrar polvo al interior del datalogger bajo ninguna circunstancia. Nivel de protección (7) a entrada de agua, lo que significa que podría estar 30 minutos sumergido a un metro de profundidad sin que le entrará agua). El registrador o datalogger lleva una batería que se carga con un panel solar. Ello significa que el sistema es independiente energéticamente hablando. Por último, tiene un modem interno que envía datos a la nube de forma periódica.
  • Sensores: son el alma del sistema, son de cerámica y no llevan agua como los tradicionales tensiómetros. A parte de medir el potencial hídrico miden también la temperatura. Pueden instalarse de forma horizontal, lo que hace que la medición sea más precisa. El sistema básico lleva dos sensores, el que se instala en un horizonte más superficial debe de instalarse donde se encuentran los pelos absorbentes, que son aquellas raíces pequeñas que la planta usa para absorber el agua y las sales minerales que hay en el suelo. El segundo sensor se coloca en un horizonte inferior a unos 20-30 cm del primero y debe instalarse en una zona donde la planta ya no absorbe agua o no de forma importante. Este sensor indica el agua de drenaje, que se supone que es agua que la planta no puede usar. Es decir, no sería deseable que llegara mucha agua a ese nivel, sólo la necesaria para lavar sales.
  • Otros sensores: en la versión plus (que se lanzará comercialmente este año), el dataloger admite hasta cinco sondas que podrán ser: las habituales de potencial hídrico y temperatura (se podrán instalar hasta 3), sensores climáticos (temperatura y humedad de aire y pluviómetro) y para medir el agua que pasa por las tuberías porta emisores se podrá instalar un sensor de presión o un caudalímetro en dicha tubería. Con ello, podremos saber cuanta agua pasa por esa tubería y establecer alarmas de caudal alto (rotura de tubería) o caudal bajo (obturación de la misma).

Visualización de datos

Los datos se pueden visualizar tanto en una aplicación móvil (disponible en IOS y Android) como en una página web.

Acceso mediante App

Hoy todos llevamos un móvil con nosotros. De esta forma podemos ver, que pasa en nuestra finca en cualquier momento y en cualquier lugar. Los datos se envían a la nube en cortos espacios de tiempo (nunca superiores a una hora). También recibiremos en el móvil, cualquier alarma que indique alguna incidencia.

En esta pantallas de la aplicación móvil podemos ver de forma fácil e intuitiva los datos de potencial hídrico, temperatura de suelo de las sondas colocadas a diferentes profundidades, pudiendo ver fácilmente si nuestro riego es correcto o no. Podemos seleccionar datos, de día, semana, últimos 30 días y últimos 60 días. También podemos ver datos medios de parcelas o de cultivos.

Cuando se produce una alarma, por ejemplo porque el potencia hídrico empieza a provocar estrés, se recibe una notificación en el móvil. Las alarmas son graduales, clasificándose en diferentes colores (rojo, amarillo y verde), según la severidad de la alarma.

Acceso mediante web

En la web podemos desde un ordenador acceder a todos los datos, exportarlos y analizarlos. El acceso es más cómodo y podemos visualizar los datos en los periodos de tiempo que consideremos oportuno desde el día en que se instaló el sistema. Los datos no se borran.

Resumiendo, nos enfrentamos a un reto apasionante y dotarnos de estas y otras herramientas nos hará que obtengamos el éxito. La agricultura del siglo XXI está ya aquí, el agricultor y su técnico deberán incorporar, si ya no lo han hecho, a sus herramientas el ordenador, la tableta y el teléfono inteligente. Podemos de obtener de ellos mucha información que nos ayudará a producir más y mejor, y si es posible con menos recursos.

Para obtener información comercial sobre los productos expuestos en este artículo no dude en contactar con nosotros en info@naandanjain.es.