Las remesas como instrumento de desarrollo del país

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Huaral Pe
 Por Carla Benavides
La migración de peruanos hacia el extranjero en los últimos diez años se ha multiplicado más de 6 veces. Los determinantes para esta emigración incluyen entre otros, el nivel de insatisfacción de la situación económica en el Perú, ingreso per cápita en el país de destino, existencia de acuerdos migratorios, redes de peruanos en el extranjero, y cercanía cultural entre el Perú y el destino del emigrante.
En el contexto de crisis económica-financiera global –y de progresiva recuperación de la misma- muchos migrantes se ven preocupados por la pérdida de oportunidades laborales en los sectores económicos de mayor empleo de migrantes, y se encuentran atentos a las políticas regulatorias de la migración internacional. La ralentización de la economía global desprendida de la crisis, tiene en definitiva un importante impacto en la situación de la red de migrantes alrededor del mundo. Ello impacta a su vez a los hogares peruanos que dependen de las remesas de sus familiares. Y es que en los últimos diecinueve años, han emigrado alrededor de dos millones de peruanos , de quienes dependen 704,000 hogares en el Perú (que indicaron tener al menos un ex-miembro del hogar viviendo en el exterior, según el Censo del 2007).

Las remesas se manifiestan entonces como un efecto de la globalización de gran importancia, y que impacta a millones de hogares alrededor del mundo, no solo de manera económica, sino también psicológica y cultural. Se toma este espacio para explorar el manejo de remesas, desde el ámbito de las políticas públicas, realizar un análisis comparativo del tema en los países de México y Perú, y finalmente, proponer alternativas innovadoras para el manejo de remesas en el Perú, de modo que se conviertan en una herramienta de desarrollo del país.

Las remesas y la crisis
El panorama económico global ha estresado la situación de muchos emigrantes en países desarrollados, en cuanto a sus finanzas personales. En este sentido y en el caso específico del Perú, las remesas verdaderamente muestran su carácter contracíclico. Y es que cuando las familias de los migrantes, en el país de origen se encuentran en una situación económica difícil, puede que en países de destino, sus familiares estén muy bien económicamente. Y esto se traduce en un envío sostenido de remesas que alivia las necesidades financieras de la familia en el país de origen, razón por la que muchas personas emigran en primer lugar. Pero en esta ocasión, quien se encuentra en mejor situación económica o laboral que algunos países de destino es el propio Perú. Con ello, se observa que la contraciclicidad se da en ambas vías. Algunos migrantes, asimismo, han decidido regresar a sus países de origen, alrededor del mundo.
Sin embargo, en términos generales, la migración internacional ocurre hacia países con ingresos per cápita y niveles de vida más altos, y estables (sin grandes impactos de crisis económicas como la que ha tenido lugar). Es por ello, que se considera a las remesas, más allá de su funcionalidad de inyección de liquidez para el gasto de los hogares, como posibles instrumentos para el desarrollo de un país, dado su flujo constante hacia el país de origen, de manera contracíclica y sostenida.
En el documento de investigación “Estudio del caso mexicano: políticas públicas para el manejo de las remesas” (Benavides y Valenzuela, 2006), se discute cómo las remesas pueden influir de manera proporcional a su participación en el producto bruto interno (PBI), en el desarrollo económico y social de un país.
No obstante, es importante tomar en cuenta los efectos mixtos de las remesas en el desarrollo de un país. Por un lado, se puede canalizar estos flujos de de dinero hacia actividades productivas, generadoras de desarrollo; con ello elevar el nivel de vida, generar mayores ahorros, mejor acceso a salud y educación y aumento de la capacidad empresarial, así como coadyuvar a la estabilidad macroeconómica, y menor volatilidad e inequidad. Por otro lado, las remesas también presentan efectos negativos como impulsar una tendencia de apreciación del tipo de cambio al ingresar masivamente al país, lo que daña al sector exportador (sobre todo en economías con una relativamente alta proporción de remesas/PBI). A esto último hay que sumarle los costos mismos de la emigración, como por ejemplo la reducción de la fuerza de trabajo en el país de origen, pérdida de capital humano, y en el caso del Perú, un impacto negativo en la productividad del país, considerando que los migrantes peruanos son personas con una capacidad laboral por encima del promedio (Altamirano, 2004).
En cualquier caso, no se puede negar que es posible utilizar las remesas como herramienta de desarrollo de un país. El Banco Mundial ha determinado que por cada uno por ciento de aumento de las remesas como porcentaje del PBI, la fracción de la población que vive en la pobreza se reduce en un 0,4 por ciento. En el Perú, dada la concentración de las transferencias externas en los niveles socioeconómicos menos necesitados no se puede suponer un efecto positivo inmediato en la población que no accede a estos recursos, sobre todo aquella con mayores índices de pobreza y en el ámbito rural. (Loveday y Molina, 2005).
Justamente por ello, se procede a revisar la experiencia mexicana en el manejo de las remesas, puesto que además de tomar a las remesas como un apoyo a la familia y sus gastos en el país de origen, los migrantes mexicanos remesan “colectivamente” hacia sus comunidades de origen priorizando zonas de pobreza, a través de mecanismos transparentes y efectivos: un enfoque directo del uso de las remesas como herramienta para el desarrollo.

El caso del Perú
Las remesas en el Perú alcanzaron más de 2.4 miles de millones de dólares americanos en el año 2008. Se espera que ya con la economía global recuperada, el ingreso de remesas siga aumentando puesto que las estadísticas señalan que la mitad de los emigrantes peruanos buscan expresamente salir del país para remesar (Bendixen, 2005). Incluso con la recesión en mercados desarrollados, las remesas hasta el tercer trimestre del año 2009 sobrepasaron los niveles del año 2007 comparando los respectivos trimestres -mas no alcanzaron los del 2008- (Banco Central de Reserva del Perú). Cabe señalar que como otros países latinoamericanos, la mayoría de emigrantes peruanos se encuentra en los Estados Unidos .
Los programas de remesas para el desarrollo en el Perú son implementados por el gobierno (Ministerio de Relaciones Exteriores), y no con la vinculación de las redes de peruanos en el exterior. Si bien se podría pensar en organizar iniciativas en el extranjero, los migrantes peruanos no cuentan con un apoyo del gobierno peruano tal como el que les brinda el gobierno mexicano e incluso el sector privado en México para multiplicar el dinero o ayudar en la organización del destino de los fondos en las comunidades de origen.
Las iniciativas del Ministerio de Relaciones Exteriores (MRE) incluyen el programa “Remesas Familiares”, cuyo objetivo es dinamizar el mercado financiero de transferencia de remesas y aumentar el grado de bancarización de la población. El programa ha conseguido facilitar opciones formales para el envío de sus remesas, con tasas cada vez más competitivas. Bancos como Interbank y Banco de Crédito, han demostrado su interés en el tema y han desarrollado servicios financieros específicos.
Otra iniciativa del se dio en junio del 2004, cuando el MRE firmó un Convenio de Cooperación Interinstitucional con la Oficina de Correos Postales del Perú (SERPOST) para diversificar los canales formales con los que pueden contar los migrantes para el envío de sus remesas: con giros postales. La ventaja de SERPOST son sus costos competitivos y extensa cobertura geográfica -172 oficinas en el país. Además, tiene convenios con Bélgica, España, Francia, Suiza, Japón, China, Estados Unidos y Bolivia.
El programa “Solidaridad con mi pueblo” del MRE, permite desde el año 2003, que las asociaciones de peruanos en el exterior contribuyan con sus lugares de origen con montos de hasta tres mil dólares americanos, para obras de carácter social o de infraestructura en conjunto con sus municipios. Con este fin, se ha solicitado a diversos municipios la presentación de propuestas que no excedan los tres mil dólares de costo. Posteriormente, estos proyectos serán sometidos a la consideración de las asociaciones de peruanos en el exterior a través de las Oficinas Consulares por la Subsecretaría de Comunidades Peruanas en el Exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores. Lamentablemente la información acerca del progreso de los proyectos no es pública.
Otros programas como el de Mi Vivienda, brindan al migrante una posibilidad de que su familia en el Perú adquiera una vivienda propia en el país. Se financia la compra de viviendas, terminadas o en construcción, hasta por 35 UIT (USD 32 mil, aproximadamente) que sean de primera venta, así como la construcción en terreno propio o aires independizados. Los requisitos son: tener entre 21 y 65 años de edad y recibir ingresos provenientes de remesas del exterior, debidamente acreditados desde los últimos 6 meses. La vivienda se puede pagar hasta en 20 años con la posibilidad de obtener un descuento del 15% hasta un máximo de 15,000 soles, de pagar las cuotas de manera puntual. Las instituciones financieras involucradas son el Interbank y el BBVA Banco Continental, y el Banco de Crédito del Perú (BCP).
Por último, los programas de iniciativa privada incluyen tiendas que permiten comprar directamente con el dinero de un migrante que remesa desde el extranjero como Tiendas Wong y Alpaca 111. Asimismo, entidades especializadas en transferencias de remesas como Jet Peru ofrece en alianza con las aseguradoras Rimac y Exxed, un seguro para los receptores de remesas. El seguro costearía el viaje del migrante al país de origen en caso fallezca el receptor de las remesas, así como todos los costos de sepelio. Y en caso de fallecer el migrante, se le paga a la familia un monto de 75 dólares americanos al mes por hijo durante tres años . Por último, se encuentra el servicio de delivery de remesas (de Jet Perú), no solo a domicilio sino también a personas en edad senil o encarceladas, quienes no se pueden acercar a las agencias de transferencia de remesas.

Las comunidades de migrantes en países de destino
La diferencia en cuanto al grado de avance de los programas de remesas para el desarrollo no solo se debe a la proactividad del gobierno, sino también al nivel de asociatividad de las redes de migrantes en el extranjero y su identidad nacional o binacional. Mientras más alto sea el sentido de pertenencia a su comunidad, y las redes estén mejor organizadas, se podrá impulsar iniciativas sólidas desde la sociedad civil a las que tanto el sector público como el privado se verán atraídas. La razón de fondo es que la inversión productiva de las remesas permite elevar el nivel de vida de los habitantes de las comunidades de origen a la vez que los lleva a ser independientes de las remesas progresivamente, y se convierte también en una buena práctica de responsabilidad social empresarial.
Comunidades mexicanas en el extranjero colaborando con el desarrollo de México
En el año 1990, la Secretaría de Relaciones Exteriores del Estado Mexicano creó el Programa de Comunidades Mexicanas en el Extranjero (PCME) que incentivó el fortalecimiento e incremento de las comunidades de mexicanos en el exterior, conocidas como clubes de oriundos (HTA). Estos clubes se inician en la década de los noventas cuando los migrantes mexicanos se agruparon para luchar contra la discriminación social y laboral, tener derecho a la atención médica, contribuir en los costos de las deportaciones de connacionales y repatriar los restos de compatriotas fallecidos.
La principal función de estos clubes es promover el desarrollo de sus comunidades de origen y de residencia en Estados Unidos. Para esto, los clubes realizan actividades donde se recaudan fondos. También ayudan en la adaptación de nuevos migrantes mexicanos. Los clubes de oriundos cumplen el papel de intermediario entre el Estado Mexicano y sus comunidades de origen; los mexicanos residentes y las autoridades estadounidenses.
Los clubes de oriundos mejoraron la canalización de los recursos y ejecución de acciones del gobierno mexicano en Estados, logrando atender más eficientemente a los migrantes mexicanos. Es así que la relación entre el gobierno mexicano y estas organizaciones se fortalecieron en la década de los noventa dando paso a proyectos como el 3×1. Además, el gobierno mexicano apoyó a los clubes de oriundos con asistencia técnica y financiera por medio de los consulados. En el 2003, se crea el Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME): el Estado Mexicano continúa apoyando las iniciativas de los clubes de oriundos.
Actualmente, los clubes se organizan a diferentes niveles (comités de liderazgo, federaciones, confederaciones, y organizaciones políticas binacionales) y realizan actividades que les permitan levantar fondos para así realizar sus donaciones. Estas van dirigidas hacia sus comunidades de origen a través de un representante, o el programa 3×1 ya mencionado. Cuarenta por ciento de los proyectos de los clubes tarda de 6 a 12 meses en llevarse a cabo, 17% tarda más de un año, 12% tarda hasta 3 meses y 1% tarda de 3 a 6 meses (Orozco, 2003). En el otro caso, cuando no hay intervención alguna del Estado, se designa a una persona para hacerse cargo del proyecto.
Los datos indican que en promedio, los clubes donan $10,000 al año a sus comunidades de origen y en algunos casos se alcanza hasta $100,000 anuales. Para algunas comunidades, las donaciones de los clubes de oriundos llegan a representar un porcentaje igual o mayor al que invierte el gobierno municipal en obras públicas. Para los pueblos y comunidades con menor población, la distribución tiene un mayor impacto. Por ejemplo en poblados con menos de mil personas (a los cuales se destina casi 30% del dinero de los clubes), las donaciones representan casi $7 por persona y son 7 veces mayores a las inversiones del gobierno en obras públicas (Orozco, 2003).
Comunidades peruanas en el extranjero tratando de colaborar con el desarrollo de Perú
En el caso del Perú, las comunidades de emigrantes no son tantas como las mexicanas, puesto que México tiene más migrantes y hace más tiempo que el Perú, en el extranjero. Se destacan comunidades de peruanos organizadas en los países con mayor cantidad de connacionales como Estados Unidos, España, Italia, Japón, Chile. Los migrantes peruanos pueden realizar actividades para recaudar fondos, pero difícilmente alcanzarán el impacto que han tenido las asociaciones mexicanas sin un apoyo sólido por parte del gobierno peruano.
De manera comparativa
Analizando los programas de los dos países expuestos, y la solidez de las redes de migrantes en el extranjero, se puede ver que los programas mexicanos resultan más eficaces en el uso de las remesas. Los programas como el 3×1 o 4×1 funcionan como incentivos al remesador para invertir en sus comunidades utilizando el sistema estatal y multiplicador del efecto de sus remesas.
Programas como el de Invierte en México están siendo realizados por diferentes ONG en el Perú, pero los resultados son muy dispersos para obtener una conclusión representativa.
Y por último, el programa de crédito Mi Vivienda se asemeja al de Mi Casa en México. Sin embargo, el programa mexicano es más flexible en los requisitos.

Lineamientos para una buena estrategia de fomento por remesas
Dados los ejemplos de trabajo de remesas en ambos países, y tomando como líder en el tema a México, se propone tener en cuenta los siguientes elementos para el diseño de estrategias locales, regionales o nacionales de manejo de remesas:
Acciones coordinadas. Múltiples actores intervienen en estas iniciativas, y ellos deben estar comprometidos a lograr una misma visión. El sector público, el privado, los migrantes en el mundo, con apoyo en asesoramiento por instituciones con expertos en el tema como académicos u organismos internacionales. La coordinación institucional volverá más ágil la implementación de las políticas o iniciativas.
Sostenibilidad. Las iniciativas de desarrollo deben plantearse de modo que sean sostenibles, es decir, no solamente que ayuden a elevar el nivel de bienestar de los habitantes en las comunidades de origen sino que también sean sostenibles económicamente (que sean rentables), asimismo se debe asegurar la sostenibilidad social y ambiental para que los proyectos emprendidos se aseguren de una continuidad operativa.
Iniciativa emprendedora. El Estado peruano ya con el proyecto de núcleos ejecutores, lanzado por el Presidente García otorga un mayor grado de libertad a los municipios para llevar a cabo proyectos con la ayuda de la sociedad civil. Es un buen comienzo para agilizar la inversión pública a nivel municipal.

Alivio de la pobreza. Se debe tener en cuenta como objetivo, sobre todo cuando las comunidades beneficiarias de las remesas son aquellas con una significativa proporción de habitantes en condiciones de pobreza. La salud, nutrición y acceso a agua potable, educación, vivienda y vestido son necesidades fundamentales.

El género. Se debe incluir a hombres y mujeres por igual en el proceso de diseño e implementación de los proyectos de desarrollo financiado con las remesas.

Conclusión: la remesas como complemento de las políticas públicas en el camino hacia el desarrollo

El fenómeno de las remesas internacionales es especialmente relevante para América Latina y El Caribe pues han sido los mercados con mayor crecimiento de estos envíos.

Las remesas colectivas son al fin y al cabo un apoyo al gobierno en su labor de impulso al desarrollo, pero de ninguna manera un sustituto de las políticas públicas. Las remesas como herramienta para el desarrollo se deben ver más bien como un complemento de las políticas del Estado.

Se requiere incluso que a la par con las remesas, las políticas públicas incidan sobre las causas de la migración para no “perder” capital humano (entre comillas, pues también se puede fomentar el aprovechamiento de este capital sin necesidad de que físicamente retorne el migrante al país de origen, pero este tema escapa al ámbito de este documento). Es así que debe trabajar en temas como la igualdad, el empleo y la estabilidad macroeconómica y política. Y tener políticas migratorias que permitan hacer del fenómeno de la migración internacional un factor positivo para el país.

Es clave que el uso de las remesas colectivas sea un uso productivo, que fortalezca el capital humano del país, para hacer que las iniciativas de desarrollo económico local sean sostenibles en el tiempo, bajo el manejo independiente de las comunidades beneficiadas. En este proceso, podrían intervenir instancias gubernamentales regionales o municipales, ONG, sociedad civil y actores internacionales.

Las remesas constituyen un flujo de fondos hasta cierto punto contracíclico con respecto de la economía de la comunidad de origen, lo que significa que se puede ver como un ingreso sólido y directo a las familias peruanas (dado que no están gravadas con impuestos al no constituir renta). Sin embargo, si se quiere convertir a las remesas en instrumento de desarrollo, además de su uso exclusivo por parte de las familias, se debe pensar en su uso colectivo.

A partir de la experiencia mexicana, se puede concluir que para una efectiva estrategia de manejo de remesas es necesaria la participación del Estado y de las comunidades de migrantes en el mundo. El sector privado podría intervenir luego de tener un sistema organizado para el manejo de las remesas, que haya probado tener éxito. Así, los empresarios, tendrían una mayor seguridad de que la organización es adecuada, lo que responde a la aversión al riesgo de los inversionistas.

Recomendaciones

Identidad nacional o binacional. Para impulsar el manejo eficiente de las remesas en el desarrollo, se propone reforzar la identidad nacional o binacional de los migrantes a través de campañas del Ministerio de Relaciones Exteriores y sus Consulados en el mundo. Hacer las asociaciones de migrantes en el extranjero más fuertes es clave para el éxito en el impulso de las remesas colectivas. Para ello, es necesario que el Estado ahonde en el conocimiento de las condiciones sociales y económicas de su diáspora y establecer una más estrecha vinculación con sus nacionales en el exterior.

Efecto multiplicador de las remesas. En cuanto al aprovechamiento de remesas, se propone implementar programas del tipo 3×1 en México. Dado el superávit de gobiernos regionales en el Perú se podría empezar con un programa 1×1 o 2×1, que incentive a incrementar las remesas colectivas al ver que sus esfuerzos serán redoblados y tendrán un verdadero efecto. Para esto es sumamente importante la transparencia y rendición de cuentas.

Servicios de transferencia de remesas. Es importante continuar fomentando la competitividad en los servicios de transferencia de remesas a través de convenios con entidades financieras en el Perú y el extranjero, en lo referido a costos, rapidez y seguridad. Asimismo, se debe trabajar en consolidar una adecuada normatividad de las transferencias.

Fondo de Inversión y esquemas de asociación. Por último, se podría crear un Fondo de Inversión, que reciba los flujos de remesas y los destine a financiar emprendimientos sociales o productivos. La administración de estos fondos podría estar a cargo de un ente gubernamental o no. Dirigir el dinero de las remesas hacia inversiones productivas, de manera ordenada, evaluando concienzudamente los proyectos y rindiendo cuentas a los migrantes, sería una excelente manera de dar a las remesas la funcionalidad de herramienta para el desarrollo. Se podría ir incluso más allá, creando un programa donde no solo se deposite el dinero de las remesas en un fondo para ser prestado (ya así hacer al fondo financieramente sostenible, a través de las tasas de interés) sino que el migrante se convierta en socio del negocio en el Perú y también goce de las ganancias.

En definitiva, las remesas son una expresión impactante y sumamente dinámica de la globalización. Presenta aspectos positivos y negativos y depende de cada país el manejarlas de la mejor manera para que la balanza se incline hacia un efecto neto positivo. Hay mucho espacio para investigación en el tema y para más propuestas interesantes.

Referencias
Altamirano, Teófilo (2004). Transnacionalismo y Remesas: El caso Peruano. Ponencia presentada en el Seminario Regional de Remesas de Migrantes: ¿Una alternativa para América Latina y el Caribe?, Caracas, Venezuela, 26 y 27 de julio.
Benavides, Carla y Valenzuela, Raúl (2006). Estudio del caso mexicano: políticas públicas para el manejo de las remesas. Documento de trabajo.
Loveday, James y Molina, Oswaldo. ¿Cuál es el impacto de las remesas internacionales en el bienestar? Economía y Sociedad 58, CIES, diciembre 2005.
Manuel Orozco (2003). “Hometown Associations and their Present and Future Partnerships: New Development Opportunities?” Report commissioned by the U.S. Agency for International Development.

Fuentes institucionales
Banco Central de Reserva del Perú
Banco Interamericano de Desarrollo
Banco Mundial
Consejo Nacional de Población, México
Instituto Nacional de Estadística e Informática, Perú
Organización Internacional para las Migraciones

Huaral Pe

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