Estudios revelan que la belleza femeninas es un peligro para la salud

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Huaral Pe

Cinco minutos en la misma habitación con una mujer hermosa son suficientes para estresar a cualquier hombre e impedirle concentrarse en lo que está haciendo.

No es precisamente una novedad, pero la ciencia acaba de confirmarlo: las mujeres guapas pueden ser muy dañinas. Y no hablamos de Helena de Troya, que provocó una guerra sangrienta, sino de cualquier mujer atractiva que usted, querido lector, pueda tener cerca. ¿Y qué le podría hacer, por ejemplo, esa linda coleguita del trabajo que le llena el ojo? Pues estresarlo hasta bajarle la productividad.

Según una investigación de la Universidad de Valencia realizada en colaboración con la de Groningen, en Holanda, los varones sufren una subida notable de cortisol, la hormona del estrés, cuando se encuentran ante alguien del sexo opuesto que despierta su interés.

No hace falta que ellas sean una superbellezas. “No eran modelos, sino estudiantes universitarias. Guapas sí, pero chicas normales que colaboraron con nosotros”, explicó Alicia Salvador, codirectora del estudio y catedrática de Psicobiología.

El cortisol, en grandes dosis y producido durante mucho tiempo, está relacionado con numerosas enfermedades y trastornos, incluidos los del corazón, pero es absolutamente necesario para afrontar las pequeñas incidencias de cada día: un partido de tenis, un problema en el trabajo… Ante una chica que se sienta al lado, este “efecto hormonal” posiblemente sea “una respuesta de preparación para el cortejo”.

El estudio, publicado en la revista científica estadounidense Hormones and Behaviour, intenta comprender cómo las hormonas influyen no solo en nuestra apariencia física, sino también en nuestros comportamientos, pensamientos y emociones, y viceversa.
Los investigadores valencianos llevan décadas estudiando esta relación, especialmente “en conductas significativamente evolutivas, como las relacionadas con el estatus y la competición, como, indudablemente, lo es también la conducta sexual”, explica Salvador.

 Juntos en una sala, Salvador y su equipo reunieron a 84 voluntarios, estudiantes varones de 21 años de distintas facultades, convocados para realizar una serie de supuestas tareas en un ordenador. A cada uno de ellos se le hacía esperar en una sala. Mientras se encontraba solo, aparecía por sorpresa una joven colaboradora de los investigadores, que tomaba asiento.

Permanecían juntos cinco minutos. Los científicos comprobaron que aquellos que se encontraban con una chica que consideraban atractiva –los jóvenes eran consultados posteriormente– sufrían un aumento de cortisol. Sin embargo, aquellos que pasaron el rato con otros chicos (un grupo de control) o con una chica que no era de su agrado, no vieron alterados sus niveles. Las mediciones de la hormona fueron tomadas antes y después de esta situación.

“El cortisol es una hormona asociada al estrés, pero decir que es mala para la salud como se ha publicado en algunos medios es una barbaridad”, apunta la responsable del estudio.

“Es contraproducente cuando se mantiene alta durante mucho tiempo, pero también es necesaria para poder vivir y responder a las incidencias del día”, añade.  

Para resumir la idea, en presencia de una mujer guapa, la mayoría de hombres sufre un estrés similar a saltar de un avión: puede ser muy emocionante una vez, pero el estrés excesivo puede terminar provocándole un problema de salud. Cuidado.

Huaral Pe