
Y en ese mismo hotel donde se llevaban a cabo las reuniones de planificación y seguimiento, estaban alojadas multitud de familias desplazadas por el volcán. Los contrastes. Familias enteras, desubicadas, sin la certeza de un futuro a corto plazo, cuya rutina ha sido arrebatada sin previo aviso, y sin posibilidad de vuelta atrás. Niños, que tienen que jugar y aprender; adultos, que tienen que llorar su pérdida, esperar una ayuda y buscar un futuro… Todos ellos, y nuestra gente, y periodistas… todos situados allí por el azar violento de un volcán.
Al ver a diario las noticias de la erupción, desde Tedagua sentimos algo más, un sentimiento de pertenencia y de reto común, aún más fuerte que el que experimentó el conjunto de nuestro país. Estábamos allí, y no íbamos a fallar.
Durante esas semanas sentimos resurgir un sentimiento muy fuerte, el sentido de nuestra profesión. Somos ingenieros por esto, para dar agua donde se necesita y para proteger el medioambiente. Y no nos sentimos en ningún momento solos en esto: clientes, colaboradores y proveedores se interesaban por el proyecto y nos agradecían la implicación en él.
El permeado de la ósmosis se almacenaría en un depósito para posteriormente ser bombeado contra la red de distribución de agua de riego
Para cumplir con los plazos establecidos se movilizaron todos los recursos disponibles: el diseño se hizo y se ajustó. El objetivo no era hacer la planta ideal, no era optimizar el CAPEX o el OPEX, no, era construir una planta robusta y fiable, y adecuar el diseño a los elementos disponibles en la zona o accesibles en corto tiempo. Las listas de materiales se cruzaban en Ingeniería con el stock disponible en los almacenes y se volvía a la mesa de diseño para ajustar de nuevo. Elementos de repuesto de otras plantas de Tedagua fueron llevados con urgencia hasta La Palma; se buscó material en stock en todos los suministradores nacionales. El Departamento de Logística hizo un excelente trabajo logrando transportes rápidos hacia el proyecto, e incluso contamos con un transporte realizado por un buque de la Armada para llevar una bomba centrífuga hasta la zona. El objetivo era claro, y todo el país se volcó en apoyar a La Palma, estaba claro que un volcán no nos iba a vencer.