Esperanza Prado cuida la pequeña producción de sus lechugas como si fueran sus bebés. Cada día la revisa y ve cómo crecen. Recoge las hojas caídas, porque ahí la polilla podría poner sus huevos, la riega y limpia.
En la esquina de su terreno, cerca a una acequia, tiene su centro de compostaje, donde la ruma de hojas y desechos orgánicos, mezclados con capas de estiércol de los animales que cría, se transforma en abono natural para sus cultivos.
Desde hace cinco años, ella es una pequeña agricultora ecológica. Es socia de la Asociación de Producción Orgánica de Carapongo (Agrocosanaca) en Huachipa, San Juan de Lurigancho, que proveen de lechugas, beterraga, rabanitos, culantro, perejil, albahaca y otras verduras orgánicas a las bioferias de Lima y a supermercados.
Hace un año lograron incursionar en los supermercados a través de Ecológica Perú –empresa integrada por productores de la Bioferia de Miraflores–, que les compra los productos embolsados, desinfectados y lavados. Pero el rostro de Víctor dibuja una sonrisa cuando nos cuenta que ahora también venden directamente en las bioferias de La Molina y Surquillo, en Miraflores lo hacen a través de terceros. Y es que así obtienen mayores ganancias.
Expansión
Debido a la gran demanda y a un mercado no cubierto. Los productores de Agrocosanaca, en Huachipa tienen como uno de sus objetivos para este año buscar nuevos terrenos de sembríos en la provincia de Huaral
Con este negocio, ellos no sólo solventan la economía de sus hogares, sino además hacen responsabilidad social y cada día entregan 108 raciones de leche de soya a un colegio inicial de su comunidad. Así cierran el círculo del desarrollo sostenible.
Certificación
La agricultura ecológica excluye el uso de agroquímicos que afecten la salud humana y deterioren el ambiente, asimismo, descarta el uso de organismos transgénicos. Cuando se cumple estos parámetros en todo el proceso de producción, se otorga una certificación. Para que los pequeños productores de Lima la obtengan, deben pasar por ciertas exigencias con costosas inversiones. Una forma de avalar la calidad de los productos ecológicos es a través del Sistema de Garantía Participativo (SGP) constituido por un grupo de instituciones público-privadas y consumidores, quienes evalúan y acreditan.
Con la fuente de la agencia de noticias andina